lunes, 31 de mayo de 2004

Tolerancia

Como todos los años, aprovechando el "Día mundial sin tabaco", el Club de Fumadores por la Tolerancia ha presentado una encuesta, encargada a Clau Consultores, cuyos resultados no me importan lo más mínimo, y no creo que importen a demasiada gente salvo, al parecer, a los miembros de esta curiosa asociación (entre los que, sorprendentemente, se cuenta Fernando Savater) que se muestra partidaria de "difundir la convivencia pacífica mediante la tolerancia, la educación, el respeto y el entendimiento entre ambos colectivos". ¡¡¡La palabra!!! No podía faltar la palabra. Según el Club de Fumadores por la Tolerancia, el mundo se divide en dos colectivos, el de los fumadores y el de los no fumadores, cuyas relaciones deben estar orientadas por la convivencia pacífica y el respeto mutuo. Yo estoy dispuesto a aplicarme el cuento y ponerlo automáticamente en práctica. Por ejemplo, desde mañana mismo, cada vez que entre en una cafetería (o en un restaurante o en un banco o en una estación o en unos grandes almacenes o en una librería, aquí la gente fuma en los sitios más insospechados) me acercaré al primer fumador con el que me cruce y le preguntaré lisa y llanamente si me permite no fumar. Que no se diga que el colectivo de los no fumadores no somos tolerantes.

¡Ah! Por cierto, estoy en trámites para fundar el Club de Devoradores de Pipas de Girasol en la Vía Pública por la Tolerancia. Se admiten adhesiones y donativos, que utilizaremos para encargar encuestas que dejen bien clarito a los ojos de todos los españoles que el colectivo de Devoradores de Pipas de Girasol en la Vía Pública pretende convivir en paz, en educación y en tolerancia con el colectivo de No Devoradores de Pipas de Girasol en la Vía Pública. Porque lo más importante es que no quede una sola duda al respecto de nuestro talante. ¿He escrito talante?

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