martes, 25 de mayo de 2004

Joyce y Proust

El 18 de mayo de 1922, Sidney Schiff, novelista inglés residente en París, invitó a James Joyce (que también vivía entonces en la ciudad) a una fiesta que daba en su casa en honor de Stravinski y Diaguilev. Joyce llegó tarde y sin la prescriptiva etiqueta, por lo que se sentía bastante incómodo y trató de vencer su azoramiento dedicándose a beber copiosamente. Más tarde aún apareció Marcel Proust, envuelto en un llamativo abrigo de piel. Los dos escritores no se conocían. La esposa de Schiff hizo las presentaciones y JJ y MP cruzaron algunas palabras, cuyo sentido varía notablemente dependiendo del informador al que atendamos.

Según William Carlos William, Joyce dijo: "Tengo dolores de cabeza todos los días. Mis ojos son terribles". Proust replicó: "Mi pobre estómago. ¿Qué voy a hacer? Me está matando. De hecho tengo que irme enseguida". Siguió Joyce: "Yo me encuentro en la misma situación. Me iré en cuanto encuentre a alguien que me lleve del brazo. Adiós". "Charmé -terminó Proust- oh, mi estómago."

La versión de Margaret Anderson difiere. Proust habría dicho: "Lamento no conocer la obra de Mr. Joyce". Joyce respondió: "Nunca he leído a Mr. Proust". Y ahí se acabó la conversación.

El propio Joyce hizo varias referencias al encuentro. Según Arthur Power, el escritor irlandés le dijo que Proust le había preguntado si le gustaban las trufas. Joyce contestó: "Sí, me gustan". Y Power comenta: "He ahí a las dos figuras más importantes de la literatura actual. Y, sin embargo, se conocen y se preguntan uno a otro si les gustan las trufas". Jacques Mercanton comentó que Joyce le dijo: "Proust sólo hablaba de duquesas, mientras que yo estaba más preocupado por las doncellas de éstas". Sin embargo, la versión joyceana del encuentro que resulta más verosímil es la que ofrece en una carta que envía al pintor Frank Budgen, uno de sus mejores amigos de los tiempos de Zurich y con el que tenía una inhabitual confianza. Dice JJ: "Nuestra conversación consistió solamente en la palabra 'no'. Proust me preguntó si conocía al duque de tal. Yo le dije: 'No'. Nuestra anfitriona preguntó a Proust si había leído tal parte de Ulysses. Proust dijo: 'No'. Y así. Naturalmente, era una situación imposible. Lo de Proust empezaba. Lo mío estaba terminando".

La fiesta concluyó cuando Proust sugirió a sus anfitriones que le acompañaran en taxi a su casa. Joyce se metió en el mismo taxi. Cuando llegaron a su destino, Proust insistió en que Joyce aprovechara ese vehículo para que le llevara a su domicilio, pero Joyce, que estaba bebido, se negó. El hipocondríaco Proust, que temía que el frío de la noche pudiera afectar a su siempre delicada salud, zanjó la cuestión al marcharse corriendo hacia el portal, dejando que los otros convencieran a Joyce de que lo más conveniente sería la retirada. Tiempo después, JJ se lamentaría de no haber podido hablar tranquilamente con el escritor francés. Pese al desdén que mostró siempre por el estilo de Proust ("Proust, bodegón analítico. El lector termina la frase antes que él", escribió en uno de sus cuadernos de apuntes), que hacia extensible a toda la literatura francesa (cuando un amigo le preguntó si Proust era bueno, le respondió: "Los franceses creen que sí y, después de todo, tienen sus estándares, tienen a Chateaubriand y Rousseau. Pero los franceses están acostumbrados a las frases cortas, no a esa forma de escribir".), Joyce no dejaba de reconocer que había algo que los unía, como demuestra esta frase de una carta que envió a Sylvia Beach en octubre de 1922: "He podido corregir la primera mitad de Ulysses para la tercera edición y leer los primeros dos volúmenes recomendados por Mr. Schiff de À la Recherche des Ombrelles Perdues para Plusieurs Jeunes Filles en Fleurs du Côté de chez Swann et Gonorrhée et Co. par Marcelle Proyce y James Joust". Pero lo que Joyce de verdad envidiaba era la posición económica y social del autor de À la recherche: "Proust puede escribir, tiene una casa cómoda en l'Etoile, con suelo de corcho y corcho en las paredes para que no haya ruido. Yo, mientras, tengo que escribir en este sitio, con la gente que entra y sale. Me pregunto cómo puedo terminar Ulysses".

Marcel Proust murió el 18 de noviembre de 1922. James Joyce acudió de etiqueta a su funeral.


Tombeau Posted by Hello

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