domingo, 9 de mayo de 2004

Elisabeth Schumann

¿Y qué decir de Elisabeth Schumann? El timbre diamantino, ligero; el estilo etéreo, alado; la dulzura, el refinamiento de la prosodia (el alemán es pura música en sus labios: basta oír Seligkeit); la sutileza en la captación de los detalles psicológicos (esa transida Romanza de Rosamunda), los contrastes teatrales finamente perfilados (Margarita en la rueca), el sentido del humor (Die Forelle, Fischerweise), la tersura de la línea (Ave Maria, pese a la cursilada de la orquestina), la profundidad de la declamación (Nacht und Träume)… Sin duda, el antecedente directo de Schwarzkopff o, más cercanas en el tiempo, de Ameling o Bonney.

Escuchar una y otra vez Auf dem Wasser zu singen… En medio de la desesperanza, sentirme mecido por la música, sobre las aguas de la memoria.