domingo, 25 de julio de 2004

Ofrendas

La Ofrenda Nacional al Apóstol. Otro año. La misma sensación, entre el estupor, el bochorno y la indignación. ¿Por qué en mi nombre? Está claro que el rey y toda su familia pueden rezar abrazados a una estatua cuanto quieran, pero hacerlo en nombre de la Nación, del Estado es un atropello contra los fundamentos de la razón y de la libertad de conciencia. ¿Por qué tienen que hacernos partícipes a todos de un rito milagrero, asentado además en una tradición falsa?

Una de las esperanzas que alimentó el triunfo del PSOE en 1982 fue la de que se podría acabar por fin con los privilegios del pensamiento religioso en nuestra sociedad y, con ellos, con los de la institución que los perpetúa, la Iglesia Católica. 14 años tuvo para hacerlo. Esperanza frustrada. La situación es hoy aún peor. El nuevo gobierno socialista no sólo no está dispuesto a aplicar los criterios de neutralidad ideológica característicos de los estados modernos, sino que pretende seguir cediendo los medios públicos para el proselitismo religioso. Contra el terrorismo islámico, clases de Islam en la escuela pública. Contra la intromisión intolerable de las jerarquías eclesiásticas en la vida política, seguir consintiendo la catequesis en las escuelas y financiando sus actividades con cargo a los Presupuestos Generales del Estado. Y se autoproclaman progresistas...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre puede volver al buen sendero y votar la PP....

Saf ;-))

Paolo dijo...

Claro, claro... ¿Y a usted las sardinas... le gustan?

Anónimo dijo...

Y si... le dijera que las detesto desde el fondo -más hondo- de mis entrañas??? -Que no hubo un sólo día de verano, en la playa de mi niñez, donde no hubiera una lumbre y kilos y kilos de ellas a la espera de ser asadas?

(Hmmmmmm... )

Y por cierto... ¡viva el botafumeiro! ¡Santiago y cierra España!

Saf ;-))

Anónimo dijo...

¡Eso, que viva el botafumeiro! Y que le dé a quien yo me sé en lo alto del colodrillo...