Zayin
Martes, 29 de junio. 22:30 horas. Centro José Guerrero de Granada. El Cuarteto Arditti interpreta para unas 75 personas en directo y para un número indeterminado de ellas a través de la radio (el concierto lo ofrecía Radio Clásica para toda Europa a través de la UER) Zayin de Francisco Guerrero Marín, el compositor andaluz fallecido prematuramente en 1997 sólo unos meses después de que el propio Cuarteto Arditti estrenase esta misma obra en el Teatro Central de Sevilla. Zayin ('siete', en hebreo) es un ciclo de siete piezas para trío de cuerdas, cuarteto (Zayin IV y VII) y violín solo (Zayin VI) compuesto entre 1983 y 1997 y completado por un apéndice de apenas minuto y medio, Zayin VIIbis, escrito como propina para el día del estreno, pero que se ha consolidado ya como la octava parte del ciclo.
Música difícil de describir, en la que las relaciones numéricas (Zayin I está compuesta según métodos combinatorios y el resto de partes atendiendo a criterios de fractales) se mezclan con una fuerza expresiva ciertamente desconocida en la música española. La referencia inmediata es desde luego Xenakis y alguna obra orquestal del propio Guerrero (Coma Berenices, especialmente), pero penetrar intelectualmente en los entresijos de esta música es ciertamente complejo y creo que está al alcance de muy pocos. Por fortuna, ese sonido en continua transformación, violento, pero a la vez refinado, de una plasticidad increíble te deja planchado, clavado literalmente al asiento durante los aproximadamente 67 minutos que dura el ciclo, por lo que el análisis puramente musical pasa a un segundo plano y uno vive la audición con la intensidad de una experiencia sensual. Es como si el sonido te atravesara, casi parece que puedas tocarlo, palparlo, olerlo, paladearlo. Yo que no asistí al estreno de la obra, pero que la había escuchado en disco, salí del lugar del concierto como transfigurado, tanto que a la puerta de la Capilla Real me crucé con una joven que tocaba en la guitarra el Capricho árabe de Tárrega y me pareció una música ciertamente extraña, la de Tárrega. ¿Serán síntomas de locura?
Francisco Guerrero
2 comentarios:
Siento verdadera envidia (de la mala ;-)) ) cuando aprecio la hondura de conocimiento y sensibilidad musical de la que disfruta.
¡goista!
Saf;-))
¡Anda ya!
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