Julio Cortázar
No es por complacer a Cronopio, es que hay veces en que las casualidades se encadenan, el azar construye un collar de pequeños detalles engarzados, y uno que es escéptico sigue pese a ello sin creer en las premoniciones ni el destino.
El caso es que el viernes pasado, en la presentación del Bloomsday, charlé un rato con Antonio Álamo, que me comentó que le habían encargado una versión teatral de "Instrucciones para John Howell", un relato de Bestiario, y a mí me pareció que el ejercicio metaliterario le iba a sentar especialmente bien a esa pequeña obra maestra, y que Álamo, con todas las dificultades que me dijo haber encontrado ("es difícil hacer teatral un texto que está lleno de sugerencias veladas, porque en la escena las cosas tienen que verse, tienen que pasar a ser concretas"), posee el talante y el talento idóneos para acometer ese trabajo... Y ayer por la tarde me llegó, por fin, el segundo volumen de las obras completas de Cortázar, que publican en España Galaxia Gutenberg y el Círculo de Lectores, y que tanto esperaba. Un tomo dedicado al teatro y a las primeras novelas, lo cual quiere decir que aproximadamente la mitad de sus casi mil páginas son absolutamente nuevas para mí. No conozco el teatro de Cortázar, formado por cinco piezas: tres puramente teatrales (Dos juegos de palabras: I. Pieza en tres escenas, II. Tiempo de barrilete, ambas de 1950, y Nada a Pehuajó, 1955) y dos teatralizables (Los Reyes, 1947, que Cortázar consideró siempre como un poema dramático, y Adiós, Robinson, 1977, diálogo radiofónico).
En cuanto a sus primeras novelas, tres de ellas fueron publicadas de forma póstuma: Divertimento (1949) El examen y Diario de Andrés Fava, ambas de 1950. Sólo conozco la segunda de ellas, que recuerdo haber leído con gran placer, siguiendo a sus personajes por ese Buenos Aires envuelto por una bruma de origen desconocido, con su evidente trasfondo político. La tercera es una novela breve, escrita a la vez que El examen, cuyo carácter no dista quizá demasiado del de los relatos más extensos. La cuarta es Los premios (1958), que es mi segunda novela preferida suya, después de Rayuela: leyéndola yo también me veía a bordo de aquel barco, junto a Paula, en ese crucero convertido en pesadilla. Es lo que tiene la literatura de Cortázar, que la naturalidad y la cotidianeidad con la que presenta sus escenarios, sus personajes te reclaman, te acogen, te envuelven y cuando estás dentro y el ambiente se hace primero inquietante y luego asfixiante, ya no puedes escapar.
Julio, gran cronopio
3 comentarios:
Una consulta: tuve hace mucho tiempo en mis manos un libro de Cortázar del que sólo recuerdo que era delgadito, que se trataba de la revisión de algún mito clásico (no consigo recordar cuál) y que tenía muy buena pinta.
Ya lo compraré otro día, pensé, y hasta hoy. ¿Me lo ubicaría usted con esos pocos datos?
Pues es muy posible que fuera Los reyes, delgadito, muy delgadito, y revisión del mito de Teseo y el Minotauro.
El cuento "Instrucciones para John Howell" no se encuentra en el libro de cuentos "Bestiario"(1951), el primer libro de cuentos de Cortázar, quizás el mas conocido, sino en "Todos los fuegos el fuego"(1966).
La verdad que veo bastante complicado hacer una versión teatral del mismo...... Suerte
Un Cronopio cualquiera
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