Recuerdos olímpicos (1)
Estadio Olímpico de Atenas
La llama arde ya en el Estadio Olímpico de Atenas. Han comenzado los XXV Juegos Olímpicos de la era moderna. Hago memoria tratando de precisar mis primeros recuerdos de unos Juegos, que me llevan hasta Múnich'72. Es todo muy confuso, pero veo la bolsa de deportes blanca de mi hermano (que duró hasta muchos años después) con el anagrama olímpico, y me veo preguntándole que qué significaba aquello. Por supuesto, he olvidado la respuesta. Luego es Mark Spitz con sus siete medallas de oro al cuello, referencias difusas al asesinato de los atletas israelíes (que tendría una gran importancia en el diseño de la seguridad de los siguientes juegos) y poco más, muy poco más, acaso el recuerdo impostado de la impresionante arquitectura del estadio olímpico...
Mark Spitz
Y lo que queda son recuerdos posteriores a 1972 (quizá la imagen de Spitz también lo sea), como la victoria de la URSS sobre los Estados Unidos en una polémica final de baloncesto o el triunfo de Ulrike Meyfarth en salto de altura, con sólo 16 años, algo que supe cuando repitió el oro doce años después, en Los Ángeles...
Ulrike Meyfarth en Múnich'72
Ulrike Meyfarth en Los Ángeles'84
Así que mis primeros recuerdos en realidad sólidos provienen de los Juegos de Montréal de 1976, cuando me enamoré, como todos, de Nadia Comaneci
Nadia Comaneci
Aparentando alguno menos de los 14 años que tenía, recuerdo las piruetas imposibles en las asimétricas, los mortales en la barra y en el suelo, la sonrisa siempre abierta y la aparente naturalidad de su niñez sin duda atípica, aunque entonces yo no sabía nada de manipulaciones del crecimiento ni de concentraciones y entrenamientos agotadores. Sólo miraba extasiado un cuerpo minúsculo y elástico desafiando las leyes de la gravedad y los desconocidas palpitaciones de mi corazón de apenas 11 años. A su lado, todo lo demás palidecía, y de qué manera... ¡Qué decepción cuando en Moscú'80 descubrí que había dejado de ser una niña!
Nadia Comaneci en la barra 1976
Nadia Comaneci en la barra 1980
Sólo otra imagen conservo fresca en mi memoria de aquellos juegos, la del cubano Alberto Juantorena, el Caballo, entrando vencedor en los 800 metros...
Juantorena gana el 800
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