lunes, 9 de agosto de 2004

Piedras

Como diseñador de joyas y escultor. Así nos presentaba ayer la contraportada de El País al expresidente Felipe González. La entradilla no tiene precio: “Arte sin inhibiciones. El mundo secreto de Felipe González: un chalé en las afueras de Madrid, el jardín lleno de pizarra extremeña, varios guardaespaldas, unas esculturas minerales de formas maravillosas y colores insólitos, un cuarto lleno de pedruscos raros y preciosos, una mesa cubierta por joyas mexicanas. Ahí elabora el ex presidente sus colgantes, pendientes, collares, mientras planta algún olivo y mira con sarcasmo desinhibido la adictiva pero ya lejana realidad del poder. Es un hombre distinto: un artesano globalizado que curra con las manos, habla con la llaneza de un campesino y adora viajar a África y América Latina para regatear en los mercados piedras y abalorios”. Es evidente que entre “formas maravillosas” y “sarcasmos desinhibidos” se entrevista mejor.

“-Así que ahora es joyero.
-Hago joyos y dentro planto olivos. Ja ja [Ja ja]. Sí, me gusta hacer cosas con las manos. Soporto mal la tele, y me gustan las piedras. Otros juegan al pádel… [El sarcasmo desinhibido. Arte-sanía frente a deporte. Cultura frente a opio del pueblo. Progresistas frente a retrógrados]
/…/
-Y se lió en plena boda real.
-¡Pero si todo empezó de cachondeo! Elena Benarroch, que siempre lleva mi pedazo de ámbar colgado, me pidió unos pendientes de piedras negras para el traje de la Sonsoles [Espinosa, la esposa de Zapatero] [La Sonsoles. No, si no les falta razón a los intrépidos entrevistadores. Se le nota desinhibido]; yo le dije que esa piedra pesa mucho y que le íbamos a arrancar las orejas, pero que a lo mejor un coral negro… Luego me pidió una piedra para la Romero [su esposa Carmen] [¡Eso es sarcasmo!]. ‘Exenta’, me dijo, ‘que lleva un escote grande’. Y yo: ‘Si la queréis exenta, se la podemos clavar con chinchetas’. [Ja ja] Total, se armó el escándalo y ahora tengo 60 revistas especializadas en joyas y 60 pavos y pavas persiguiéndome para entrevistas. [Es que el que vale, vale]
-¿Y vende o sólo regala?
-La Benarroch [¿no revelará la insistencia en el uso del artículo ante los nombres propios una forma sutil de claudicación ante Maragall, Montilla y sus carodes?] ha puesto algunas en venta. A las señoras Visa Oro les gustan. Barnatán [¿el Barnatán?] me dijo el otro día: ‘Han comprado una de 6.000 euros, tienes que llevar la factura del IVA’. ¡Pero qué coño de IVA voy a pedirles a los indios de Chiapas o en el mercado de Tánger! [¡Claro, coño!] Tendré que buscar un amigo rico [je je] que me haga la factura. Porque yo soy de los que pagan impuestos, eh. [Menos mal] Y Rato me trataba bien, pero Solbes me va a dar una hostia… [Cría cuervos]
-¿Son joyas personalizadas?
-Absolutamente. Tengo que conocer a la persona, si no a fondo, por lo menos verla, hacer el cásting… [El artista que todo ex presidente lleva dentro] /…/
-¿Desde cuándo le ha entrado esta pasión? [Es la palabra, sin duda, ‘pasión’]
-Cuando vino Sting con aquel indígena brasileño, en La Moncloa todavía no había cortinas con la flor de lis, y a Sting le dio un ataque de cuernos con una piedra y se la llevó. [La piedra era de FG, no vayan a pensar en malversación del patrimonio nacional] La afición viene de Japón: el bonsái, la piedra, el ikebana. Pero en el ikebana no me he metido. Exige más cuidado. [Todo se andará, Felipe, todo se andará]
-¿Hay energía en la piedra? [Sí, señor, con dos cojones]
-¡Los chacras! [Coño, claro] Hay muchísima literatura sobre eso y es apasionante: áreas culturales muy lejanas entre sí, como los tuaregs o los chiapatecas, atribuyen iguales propiedades a las mismas piedras. [Sí que es curioso, sí]
-¿Admira a algún diseñador?
-Hay un gran vacío entre los restos de la línea hippy-étnica y la alta joyería. Aunque están intentando modernizar la joya de lujo, estéticamente me parece temeroso. [Suponemos que el ex presidente diría ‘temerario’, pero estamos en verano, y ya se sabe]. Es un sector muy conservador, produce piezas muy caras y nadie arriesga, ni Bulgari. Como en todo, faltan emprendedores [¿En todo? ¿Y dónde dejas al pobre ZP?] que se inventen una oferta distinta, anómala, y generen una nueva demanda.
-Eso suena a universidad estadounidense… [Periodismo imaginativo]
-Yo eso de pagar una cátedra para que me escuchen… [No, Felipe, no, tú eres un artista]
-¿Otras aficiones?
-Tengo la sensación falsa de que ahora mando en mi agenda, pero tengo menos tiempo que antes. La ventaja de ser presidente del Gobierno es que todo el mundo cree que estás muy ocupado, lo cual es verdad, y no te molesta nadie. Ahora es al revés. Sólo acepto una invitación de cada 30, pero explico por qué no voy, porque soy de tendencia amable, ¡así que sigo sin ser libre! Claro, que igual sólo soy amable por político: ¡si no, qué carajo, la gente te quita los votos! Me acuerdo de que cuando salimos de La Moncloa, la Romero dijo, con toda la razón, como siempre [como siempre]: ‘¡Coloca esos perros, no quiero más perros!’ [natural]. Y ahora se va de campaña con Narcís Serra y un día le regalan un yorkshire de 200 gramos que parece un pollo tomatero, versión reducida, como Aznar… [Ja ja, aquí se imagina uno a los entrevistadores tirados por el suelo, reventados de la risa] ¡Y se lo quedó, claro! ¡En campaña te gusta todo, te lo comes todo!
-¿Hacemos las fotos?
-Con las joyas, ni loco. Jamás me acostumbraré a las fotos. Ni a hablar en público, aunque la gente no se lo cree [natural]. Sudo como un pollo [tomatero], paso unas fatigas [igualito que Aznar]. Yo tengo vocación de todo menos de político [ahora son las piedras las que se revuelcan por el suelo con las lágrimas saltadas]. Ahora también le estoy haciendo algunos muebles de la casa a María. ¿Verdad, María? [Lo que yo te diga. Un artista, Felipe, un artista. Qué lástima que descubrieras tan tarde tu verdadera vocación. ¡Con la ocasión que tuviste en el 90! ¡Seguro que hoy no tendrían que hacerte esta entrevista ni estas fotos, con lo mal que lo pasas!].
-¿Y cuándo va a exponer esas esculturas en piedra?
-El Barnatán [marido de Elena Benarroch], que le he hecho unos gemelos [¿al Barnatán, a la Benarroch o al Barnatán a través de la Benarroch?], me insiste, pero no sé, no sé…"

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