jueves, 31 de mayo de 2007

Aportaciones andaluzas al multiculturalismo

San Fernando en Mateos Gago San Fernando conquista Sevilla por segunda vez. Como todo el mundo sabe, en la ciudad de Sevilla no hay demasiada costumbre de sacar a los ídolos de madera en procesión, así que al Cabildo catedralicio, siempre preocupado por confortar las almas descarriadas de sevillanos y visitantes, se le ocurrió poner en marcha una inédita experiencia piloto: pasear una imagen del Rey Santo por los alrededores de la Catedral, aprovechando para ello el día de su onomástica. (No, no sacaron la momia, esa hay que visitarla dentro del templo. Bien que lo sentimos los morbosos del mundo.) Aquí la tienen, la Espada del santo sobre la Giralda, almohade desde la base hasta las campanas, ejemplo supremo del sincretismo cultural de la tierra de María Santísima. Por la mañana, el gobierno de progreso de la ciudad había otorgado a monseñor Amigo (cardenal de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana) el título de hijo adoptivo y por la tarde algunos de sus miembros acompañaron al santo calle Mateos Gago arriba, magnífico ejercicio de prácticas para la procesión del Corpus del próximo jueves, a la que, como es costumbre, la corporación municipal asiste solemne en pleno.

El Rocío
Aquí, otro buen ejemplo de lo que la sociedad andaluza del siglo XXI puede ofrecer a la Alianza de Civilizaciones: lanzamiento de niño impuro en pro de su salvación. Que unos padres utilicen a su hijo para lucir públicamente su barbarie y su fanatismo religioso debería ser tenido en cuenta por el grupo de alto nivel (sean discretos, que se oyen demasiado las risas) de la ONU. Es más, me parece que Zapatero debería mandar inmediatamente esta foto al primer ministro turco para demostrar los esfuerzos que hace la sociedad española por el fomento de la Santa Alianza. Dios nos mira.

Los niños, sostengo, tienen el derecho humano de no ver sus mentes lisiadas por la exposición a las malas ideas de otras personas –sin importar quiénes sean estas personas–. Los padres, por lo tanto, no tienen licencia divina para adoctrinar a sus hijos en la forma que ellos personalmente eligen: no tienen derecho a limitar los horizontes del conocimiento de sus hijos, criándolos en una atmósfera de dogma y superstición, o el derecho a insistir en que sigan los estrechos caminos de su propia fe.
(Nicholas Humphrey. Citado por Richard Dawkins en El espejismo de Dios)

5 comentarios:

Er Opi dijo...

Lo que dice esa cita es algo que vengo rumiando hace mucho tiempo, y que por miedo a estar tomando una postura bastante extrema no terminaba de aceptar. Sólo hasta hace poco he venido a adoptarla de verdad con todas sus consecuencias.

Abrazos,

Er Opi.

Paolo dijo...

Opi, Opi, Opi, que te la juegas, que como te lea Timoteo (que te veo) el remoquete de "fundamentalista de la Ilustración" no te lo quita ni el agua bendita.

Er Opi dijo...

Ahí me ha pillado, ¿quién es Timoteo?

Abrazos,

Er Opi.

Paolo dijo...

Opi Opi Opi, no me niegues más veces.

Er Opi dijo...

¿Y si te digo que me costó encontrarlo? :D

Abrazos,

Er Opi.