martes, 16 de noviembre de 2004

Sopranos

Hasta hace bien poco, yo pensaba que las sopranos eran unas señoras gordas capaces de romper toda una cristalería de Murano con un solo berrido. Sin duda, esa idea era producto de una fuerte impresión sufrida durante mi infancia, cuando la mente del ser humano es moldeable como un bloque de plastilina y tele no había más que una. Debió de ser en 300 millones o un programa por el estilo (presentaba Alfredo Amestoy, eso seguro). Montserrat Caballé, a quien veía por primera vez en mi vida, cantó algo que no entendí, salvo que al final se moría (y eso porque se chivó el Amestoy). "¿Pero se muere de verdad?" "Anda, niño. Está haciendo un papel", me dijo mi padre. "Jo. Pues nadie querrá hacer ese papel." "Claro. Por eso se lo dan a las gordas", terció mi hermano, que para mí estaba por entonces sólo un escalón por debajo de Dios. "Y si se está muriendo, ¿cómo puede chillar tanto?" "Porque es una soprano. Y las sopranos, no chillan, cantan." "Pues mamá, cuando canta lo de las cruces, no chilla así." "Porque tu madre no es soprano." "¡Ah! ¿Y todas las sopranos son gordas?" "Todas." La sentencia de mi hermano era para mí un auténtico dogma de fe, de tal modo que, cuando crecí, jamás me creí la patraña esa de que había sopranos delgadas, que cantaban como la Caballé. Aquello no era sino una burda estratagema publicitaria: nos enseñaban a una guapa, pero luego la que cantaba era una gorda. "¿Pero es que no ves que está haciendo play-back?", tuve que aclararle una vez a mi hermana, que no se enteraba demasiado bien del asunto.

Así que cuando conocí a Saf no pude dar crédito a lo que me decía. "¿Tú soprano? ¡Ja!" Estábamos sentados en el Muelle de la Sal, atardecía y una gaviota despistada revoloteaba haciendo círculos sobre el Puente de Triana. "Mira. Parece un buitre", le dije para tratar de romper el incómodo silencio que se había producido tras mi, tal vez inconveniente, imprecación. Saf tenía la vista perdida en un punto inconcreto del río, las piernas colgando por el malecón, mientras comía pipas compulsivamente, todo en el más sepulcral silencio (¡menudo esfuerzo!). "Bueno, qué, ¿no vas a decir nada?" "No me crees, ¿verdad? Pues peor para ti. Ya no te canto." "Cantar, cantar, cantar... Cantar puede hacerlo cualquiera. Hasta los grillos y las ranas
cantan. ¡Ja!Una cosa es cantar y otra muy distinta ser una soprano." Me miró inexpresiva medio segundo y volvió a su trajín devorapipas, incrementando progresivamente el ritmo de bamboleo de sus piernas. Pasaron unos minutos larguísimos. La gaviota seguía haciendo círculos interminables en medio de la noche y a lo lejos los altavoces de un barco de recreo extendían por todas las márgenes del Guadalquivir un ritmo dulzón de bolero. "La gaviota te está mirando. ¿Y si fuera un buitre?" Levantó un segundo la vista y luego la desvió hacia el barco. "A lo mejor está esperando a que te atragantes con una cáscara." Nada. Seguía sin reaccionar. "Bueeeeeeeno. Venga, no te enfades. No quería ofenderte. Anda, cántame algo." "No." "Que sí, Saf, que te creo. Eres la primera soprano delgada que veo en mi vida. Anda, cántame." "No." "Venga, que te creo de verdad de la buena. Cántame La Traviata, porfi." "No." No, no, no, no y no. No fui capaz de sacarle otra palabra en toda la noche, que de repente se hizo muy, muy corta, porque terminó su paquete de pipas (¡que le había comprado yo, la muy interesada!), se levantó muy digna, miró un instante a la gaviota-buitre que seguía colgada allá arriba sin prestarnos la menor atención, me dirigió un mohín de disgusto y se marchó.

No he vuelto a verla desde entonces, a pesar de lo cual no renuncio a conseguir que algún día pueda perdonarme y me cante el "Amami, Alfredo", ya sea por teléfono. ¿Alguien puede decírselo, si la ve? Que le diga también que ya no creo que todas las sopranos sean mujeres gordas capaces de romper copas con la fuerza de su voz. Saf las derrite con su corazón.

23 comentarios:

it dijo...
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Paolo dijo...

pero... pero... pero... si es un secretillo de nada...

Paolo dijo...

jaaaaaaaaaaaaaaaaaa jaaaaaaaaaaaaaaa jaaaaaaaaaaaaa
lo he leído lo he leído lo he leído...

it dijo...

Hmmmmmmmm.... (una vez borradas todas la imprecaciones -¡justificadas, tooooodas justificadas!- anteriores)... tengo que pensar bien sí:

-Opción a).- Contrato a la bruxa del mal de ojo pá que le salgan varios uñeros consecutivos.

-Opción b).- Echo mano de unos exluchadores de Sumo amigos míos.

-Opción c).- Sugiero a Hacienda que le haga una paralela.

-Opción d).- Me compro un paquete de Facundo y me dedico a bambolear las piernas en el Puente de la Reina, sobre el Manzanares.

¡¡Faneca asesina y mortífaga!! ....no reclame si se le aplica a Ud. una fría venganza...

Saf;-))

P.D. ¡¡¡Y HAGA EL FAVOR DE ACLARAR QUE YO N-O H-A-G-O M-O-H-I-N-E-S !!!

(bruto)

Paolo dijo...

La a) y la b) estaría muy feo (abuso de posición dominante, lo llaman). La c) no, por favor, la c) no, no me vea lo coñazo qué puede llegar a ser un Aznar de provincias. Si la d), avise.

Anónimo dijo...

El toro dijo al morir: siento dejar este mundo sin probar pipas Facundo. Jo, qué recuerdos, aquí no las venden.

Gin

PD.- señor melómano, siga usted contando secretos, siga, por favor

it dijo...

¡¡Gin... no se CREA nada, por favor!!
(esta araña glotona y liante es peligrosísima!) ....va a haber que arrancarle las patas...

Saf;-))

Paolo dijo...

Gin... es que si sigo contando, puede arder Troya. ¿Ve? Ya han empezado las amenazas... con el cariño que le tenga a mis miembros inferiores...

Anónimo dijo...

Mmm... pero señor araña, total, una o dos patas qué más le dan... si tiene más... además necesitan a alguien neutral para que arbitre, ¿no? pues hala!
Gin

it dijo...

....Gin, Gin, Gin......................

Anónimo dijo...

Perdone mi ignorancia, Saf, ¿qué es una faneca?

it dijo...

Una faneca brava (en Cantabria llamado "pez escorpión") es un traicionero bicho venenoso (o súcubo del mar....) que se medio entierra en la arena de la playa mientras baja la marea. Si siente movimiento o presión, porque alguien vaya a pisarlo, despliega una aleta aguijón en su lomo y..... te lo clava con el consecuente dolor, gritos, inflamación, etc., etc..... parecidísimo, parecidísimo a la mardita-viuda-negra de este blog.
Pero ya sabe.... esto lo digo comiendo pipas y mirando al infinito....

Saf;-))

Anónimo dijo...

a mi me cuesta más trabajo creer que una soprano coma pipas con las piernas colgando sobre el muelle de la sal...debiste hacer una foto.

Esstupenda

Paolo dijo...

Sí, es una lástima que mi economía no diera por entonces para una cámara de esas chiquitísimas y de enta megapíxeles. Que se comió el paquete de pipas enterito (sin darme ni una) con las piernas colgando es la puritita verdad. Que sea soprano, ya lo dudo. Ella dice que sí, pero a mí... hasta que no me cante La Traviata, como que no me lo creo...

it dijo...

¿Se da cuenta, D.Paolo, de que está Ud. ahondando esa tumba que tengo -casi, casi- pergeñada????
Este último comentario ha añadido otro "metro" de profundidad....

Querida Esstupenda: Como pipas, sí, y también: lechuga, apio, roast beef, cuscús, patatas y rábanos... como toda hija de vecina. Colgar las piernas en el muelle o cerca del agua es otra de mis inconfesables hábitos peeeeeeeeerooooooooo..... ésta TARÁNTULA NOOOOOO me ha visto hacer tal cosa. NO me ha comprado NUNCA esas pipas. Y NNNNNOOOOO -nunca- le va a ser dedicada esa serenata de la que HA DUDADO como un Sto.Tomás redivivo...

No más tarde del domingo tendrá su cumplida respuesta en el blogescondido..... sa.....

Saf;-))

Paolo dijo...

Ya.

Paolo dijo...

¡Ah! Y dese prisa, por favor, que el domingo me voy...

it dijo...

Decidido entonces.... el Domingo. Cuando se haya ido.
Hale, hale (a fastidiarse, je, je...)

Saf X-))

Paolo dijo...

No me voy a la selva (a xoderse, je, je)...

it dijo...

Amáaaa... lávele la boca con xabón a su niño....

Paolo dijo...

Está bien, disculpe mi falta de delicadeza (siempre se me olvida que es gallega)... xe, xe, xe... ¿Ahora?

it dijo...

Xi.
Mexor.

Xaf ;-ppppppppppppppp

Roberto Iza Valdés dijo...

de adraa Roberto Iza Valdés