miércoles, 3 de noviembre de 2004

Historia

Jordi SavallDesde 1992 , Jordi Savall no ha desaprovechado ni una sola efeméride histórica para ofrecer sus discos con obras contextualizadas (más o menos) en el entorno de los sucesos conmemorados. Era evidente que este año el turno le iba a tocar a Isabel I de Castilla, y aquí está. El resultado es puro Savall. Mucho colorismo, más campanitas y tambores de la cuenta, gran variedad de timbres y de matices expresivos, ejecuciones instrumentales de primerísimo nivel, algunos arreglos bastante discutibles... Pero entretenido, como casi todos los suyos.

Savall insiste en seguir contando con la voz de su esposa, Montserrat Figueras (ahora incluye además de vez en cuando la de su hija Arianna), a la que hace tiempo que se le pasó el arroz. Lo que hace con Paseábase el rey moro, el delicadísimo y sencillo villancico de Luis de Narváez, no tiene nombre. La belleza de lo simple y lo natural arruinada por una impostación antinatural y una ornamentación desmedida, que además acompaña en algunos momentos de un ridículo seseo. Sí, ya sé que el acompañamiento trata de colocar la pieza en el entorno de la tradición andalusí, ¡pero se trata de un romance cristiano de conquista! El romance anónimo sefardí Lavava y suspirava sufre la misma suerte. Lástima.

Comentario aparte merece la aparición en el índice de pistas del CD del Rey Católico como Fernando II, rey de Cataluña y Aragón (por este orden además). El disparate histórico de hacer a Fernando rey de un lugar (Cataluña) que nunca fue reino, causaría simplemente risa y vergüenza ajena, si no fuera porque esto no deja de ser un arma política y propagandística más en el alucinado proyecto secesionista del nacionalismo catalán. Por ello, esta flagrante manipulación no ya de la historia, sino del sentimiento de las personas, lo único que produce es indignación y asco.

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