martes, 27 de junio de 2006

Verdades

Va llegando la hora de decir que si el proceso de paz fracasa va a haber un responsable claro. Sin duda es la dirección del Partido Popular y toda una serie de fuerzas que le están siguiendo...Hace falta que los españoles vayan dándose cuenta que el señor Otegui, cualquiera que sea su pasado, y los dirigentes de ETA, que han hecho la propuesta de negociar la paz...cualquiera que sean sus crímenes están mostrando más sentido de la responsabilidad que esos dirigentes del Partido Popular que quieren que a toda costa que en España siga asesinándose, matándose y que no haya paz.
Santiago Carrillo, ayer en la Cadena Ser.
He aquí, sucintamente resumidas, las verdades de los pacificadores.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

La criminalización del PP, el hecho de que a grandes sectores de población les parezca más natural dejarse gobernar por partidos antisistema que por esta derecha moderadísima y con experiencia larga de gobierno es un fenómeno gravísimo del que ya tendremos oportunidad de dolernos.

Pero es algo que no viene de ahora, se empezó a fraguar con la histeria colectiva del Prestige.

Y tiene muchos padres, empezando por los graciosos oficiales de la televisión.

Paolo dijo...

Este post no refleja para nada mi forma de pensar. Yo no creo que las razones de los "pacificadores" sean las de Carrillo. Si lo he escrito ha sido simplemente para reflejar la situación a la que está llevando la criminalización y arrinconamiento cada vez más acentuados (y violentos) de la oposición a la que se refería Ignacio. Se acabaron los matices y las pamplinas. Cada cual sabe de qué lado está. Los que tan ufanos proclaman la soledad del PP no se dan cuenta del daño tremendo que esa situación hace a la convivencia.

Y me da muchísima pena la equidistancia que demuestra mucha gente a la que aprecio, para quienes el PP tiene la misma culpa que sus rivales políticos en esta situación. Y no. No es así. En absoluto es así. Es este uno de esos casos en que uno puede actuar como testigo directo de la historia. Nadie tiene que contarme nada, porque yo lo he vivido. Desde el año 2002, cuando el indudable éxito económico propiciado por los gobiernos de Aznar hizo entender al PSOE que le quedaba mucho tiempo de oposición, la situación en este país se ha hecho irrespirable y se ha hecho irrespirable porque al PSOE le interesó usar la confrontación extrema como estrategia electoral. Primero con el asunto del Prestige (un barco extranjero hundido frente a Galicia, accidente en el que no se produjo ni un solo herido) y después con el apoyo explícito de Aznar a una coalición militar occidental en la que se incluían 12 de los 15 países de la UE (¿su pecado fue dar la cara?, ¿si lo hubiera hecho en silencio como los dirigentes italianos, daneses, holandeses o irlandeses habría sido distinto?), el PSOE embarcó al país en un clima de confrontación (por entonces irreal, inexistente en la calle) con el único objetivo de ganar las elecciones. Para mi infinito asco, y cuando la estrategia parecía condenada al fracaso (aunque por poco) el atentado del 11M vino a darle la carta que completaba su jugada maestra. Que, apoyada en un ruido mediático lamentable, hubiera gente que saliera a la calle a gritarle "asesino" al presidente del Gobierno en vez de a los terroristas, que el 13M se quebrantara la ley de forma flagrante con el silencio cómplice (y en algunos casos la colaboración) del PSOE constituye uno de los episodios más siniestros que yo pueda recordar. Pero la máquina estaba en marcha y era imparable. El Pacto del Tinell (muestra de un talante antidemocrático y sectario como no se recordaba desde hacía mucho) estaba ya firmado. Maragall había aludido ya a la "tragedia" que supondría no hacerle caso a sus demandas nacionalistas. Y era imparable... El PP ha actuado con una torpeza infinita, ha arrimado también el ascua a su sardina y ha cometido errores, sin duda alguna. El principal, entrar a todos los trapos que le fueron colocando como señuelos desde la otra orilla (el matrimonio homosexual, la ley de Educación...), aliándose con una iglesia retrógrada y en actitud de llevarse por delante lo que hiciera falta con tal de preservar sus privilegios, sin darse cuenta de que lo esencial de la legislatura no se jugaba en ese terreno. Han caído como unos pardillos, yendo a degüello por asuntos menores, lo que ha puesto sordina a su justísima indignación ante los asuntos mayores. Porque no ha sido el PP el que ha roto el consenso en política antiterrorista, no ha sido el PP el que ha roto el consenso acerca del modelo territorial, no ha sido el PP quien ha pactado la gobernación del estado con partidos independentistas, no ha sido el PP el que ha reabierto irresponsablemente las heridas de las dos españas de la Segunda República. Y no se trata de quitarle peso a la responsabilidad que pueda caberle a los dirigentes populares, pero esa responsabilidad es del tamaño de un garbanzo comparado con la sandía con la que el PSOE, IU, los partidos nacionalistas y los medios afines han contribuido para crear el clima de crispación actual, cuando la criminalización de la disidencia alcanza límites extremos y peligrosísimos. Pues habrá que ponerse el cuchillo entre los dientes y tirar para delante. Lo advierto para los estómagos delicados.

Jesús Miramón dijo...

Estoy en total desacuerdo con vuestra opinión. Ni existe criminalización ni existe situación gravísima alguna, en absoluto es así, por mucho que os empeñéis. Hay un gobierno que está aplicando las reformas que llevaba en su programa electoral y dentro de dos años se someterá al veredicto de las urnas, nada más. Y hay un partido en la oposición que, por increíble que parezca, no ha logrado atraer a sus criterios a ningún otro, a nadie, a ninguno (paradójicamente la culpa es de los demás, de todos ellos).

Yo también soy testigo directo de la historia, nadie tiene que contármela, y por más que desde hace tiempo he intentado comprender vuestra postura, y de verdad que lo he intentado, me resulta imposible. Miro donde miráis vosotros y no veo lo mismo. Yo no pienso que el PP tenga la misma culpa que sus rivales en la tensión política que se vive en el Parlamento, en absoluto: yo creo que tiene más, mucha más. Si a Zapatero durante su época en la oposición se le reprochaba su falta de agresividad (por mucho que ahora se diga que aquel PSOE usó la confrontación extrema, afirmación que aplicada a todos aquellos años es una mentira como una catedral), a Rajoy no se le podrá acusar de lo mismo. A mí lo que me produce un asco infinito es la desvergonzada manipulación que el PP ha hecho del dolor de las víctimas de ETA para tratar de impedir la liquidación del terrorismo vasco; lo que me produce un asco infinito es la manipulación de los católicos a manos del PP para combatir avances sociales; lo que me produce un asco infinito es el mensaje apocalíptico y mentiroso advirtiendo que España se rompe, eso me produce mucho asco.

No me produce asco que Cataluña haya aprobado un nuevo estatuto que amplía sus competencias. No me produce asco que el gobierno, como es su obligación, intente terminar con el terrorismo de ETA sin pagar el único precio político que puede llamarse así, a saber: la independencia del País Vasco y la anexión de Navarra y el país vascofrancés. No me produce asco alguno que los nacionalistas y aún los independentistas tengan algo que decir y puedan hacer política, esa es una de las grandezas de la democracia, como no me da asco, más bien me parece un acto de justicia, que junto a las cruces y monumentos que honran la memoria de los fusilados por un bando de la guerra civil española se levanten otros recordando a quienes el otro bando hizo desaparecer sin rastro alguno.

Para acabar, algo sobre el famoso consenso: pocas veces en la historia de España ha habido más consenso político que ahora: nada menos que todos los partidos, absolutamente todos, menos uno. Es cierto que tras él hay diez millones de españoles, pero hay algunos millones más tras los otros, y ante la negación sistemática y a menudo brutal que el PP ejercita ante cualquier decisión del gobierno y el resto de partidos, no queda más remedio que utilizar la aritmética, una aritmética que, no lo olvidemos, se somete a nuestro voto periódicamente.

Sobre lo del cuchillo entre los dientes, la verdad, no creo que sea necesario. Yo no sé si donde vivís vosotros hay un clima de crispación en la calle y se respira prácticamente una atmósfera de preguerra o algo así, pero os aseguro que donde vivo yo y en los lugares que visito no ocurre eso. La gente, afortunadamente, es más sensata de lo que los políticos y algunos periodistas creen. Ah, y hay otra razón para no llevar un cuchillo entre los dientes: uno puede cortarse sin querer.

Anónimo dijo...

La criminalización, Jesús, consiste en que a mí me han regañado por no sonreir cuando ETA lanzó su proclama de alto el fuego condicionado.

Aquí hay que sonreir por narices o eres un marginal. El desacuerdo no es una opción.

Paolo dijo...

Pues yo he debido de ser engullido por un agujero negro y he aparecido en una realidad paralela, donde se atacan sedes del PP y se agrede a sus dirigentes, y donde los gobernantes socialistas y nacionalistas se dedican a linchar a los jueces no afines, a proferir amenazas y a incumplir con tesón las leyes que les estorban. O a lo mejor es que miembros del PP y jueces no sumisos se lo tienen merecido, por fachas..., y la única ley que los otros entienden es la del embudo.

Achab dijo...

Y yo que llevo meses pensando que lo que se trata es de que fracase para poder decir que ha sido el PP

Er Opi dijo...

Pero Paolo, te he leído muchas veces hablar de que lo que vale son las declaraciones de los dirigentes de los partidos, y aquí hablas de los manifestantes que llamaban "asesino" a Aznar (como ahora llaman "asesino" y muchas más cosas a ZP), o confundes lo que hacía el PSOE con lo que hacían grupos mediáticos (anda que si me pongo a hablar de los disparates de la COPE, El Mundo y compañía y se los achaco todos al PP).

A ese mismo Carrillo que nombras en el post, al día siguiente le intentaron agredir otra vez, pero eso será un accidente aislado (otro accidente aislado) y no una larga lista de agresiones a sedes del PSOE, gentes de izquierda y etc, imagino. Sin embargo, hacia el otro lado cualquier cosa cuenta y se enumera y se repite día tras día en determinados medios en un run-rún hipnótico que parece que cala hondo: desde acusar al Gobierno de organizar el atentado del 11-M hasta decir que su pretensión es romper a la familia, pasando porque ya ha vendido Navarra a ETA y un larguísimo y eterno etc.

Yo soy de esos que ven igual cantidad de suciedad, manipulación y mentiras en ambos lados. Que eso me supone el adjetivo de equidistante, pues vale, será.

Abrazos,

Er Opi.

Anónimo dijo...

Podemos eliminar el asco de la ecuación si hace falta. Lo que resta son las razones de peso para oponerse a medidas inaceptables, y no me importa seguirlas repitiendo (cuando digo inaceptables quiero decir que no se trata de un mero desacuerdo de criterio, sino de que no cumplen las reglas básicas del juego).

Si Cataluña hubiese meramente aumentado las competencias no habría problema; lo que ocurre es que se ha vulnerado el principio de solidaridad y se ha colado de rondón una bilateralidad que no está en la Constitución. Y ya hemos comprobado el efecto dominó, ya está en marcha, no es una predicción agorera: decir que España se rompe puede ser una concesión al pintoresquismo, pero el hecho es que hemos visto el principio del fin del estado que nos organizamos en el 78, y que no se ha hecho legítimamente.

Del mismo modo, si se tratara de acabar con ETA sin pagar precio político no habría problema; lo que ocurre es que cada día se paga un plazo de ese precio. Porque es falaz decir que el único precio político sería la consecución total y absoluta de las reivindicaciones terroristas: es mucho más cierto que cualquier movimiento hacia un término medio entre la ley (la ley) y esas reivindicaciones es un pago político y una rendición, porque significará que los mil muertos han servido (les han servido a ellos) para alcanzar ese término medio.

Y si se tratara de que los independentistas tengan su sitio en la política no habría ningún problema, de hecho siempre lo han tenido; lo que ocurre es que se está gobernando con ellos, y eso no tiene pies ni cabeza, no se puede tener a un enemigo del Estado gobernando el Estado, está fuera de toda razón por más que en estricta teoría resulte legítimo y dice muy poco bueno de quien se aviene a ello por razones aritméticas.

Se pueden excusar las acciones del gobierno describiéndolas de la manera somera, imprecisa y neutra que usa Jesús. Pero cuando se entra en detalles las cosas son como son.

Jesús Miramón dijo...

Nacho, mi pretensión nunca fue excusar las acciones del gobierno, no creo que sea necesario hacerlo (no olvides que apoyo casi todas las que se han dado hasta ahora).

Sobre los detalles: ¿acaso no existe un Tribunal Constitucional? Podemos repetir una y otra vez que tú, yo, Rajoy o el vecino del segundo sabemos, estamos ab-so-lu-ta-men-te convencidos de que una ley incumple la constitución. ¿Y? Las cosas son como son: si mañana ese alto Tribunal dictamina que el nuevo estatuto de Cataluña o cualquier otro de los que vienen detrás es ilegítimo entonces, y solo entonces, lo será en ese ámbito donde las cosas son como son.

Sobre precios políticos y demás... en fin, es que la falacia (esa palabra cada vez más devaluada por el abuso) consiste en llamar así, precio político y aún rendición, a cualquier diálogo que emprenda el Estado para acabar definitivamente con un terrorismo ya casi vencido. Como si tras ese Estado no estuviese todo el peso de las instituciones y todo el Parlamento (exceptuando, una vez más, al PP). Es la democracia española la que inicia ese proceso, y lo hace porque ETA está acabada, hace tres años que no asesina a nadie y existe además una declaración de alto el fuego permanente.

Existe además un equívoco muy grave desde un punto de vista estrictamente democrático en esta discusión. "Es que ETA sigue pensando lo mismo, piden lo mismo, no han cambiado sus reinvindicaciones", se dice. Pero no son sus ideas políticas, por absurdas que puedan parecernos, sobre todo a un navarro como yo, lo que aquí se trata de eliminar, sino el modo de defenderlas: la violencia, el asesinato, el secuestro. De eso se trata. En absoluto será pagar un precio político que los independentistas vascos, incluso aquellos que nunca condenaron la violencia y aún la apoyaron, pasen a defender su delirante proyecto a través de la palabra y no de las metralletas. El paisaje después de tantos años trágicos y brutales serán ellos donde debían haber estado desde el principio y cientos de sus gudaris pudriéndose en la cárcel sin haber logrado una Euskadi independiente y en sus manos. También los muertos, es cierto, terriblemente cierto, estarán en ese paisaje. Tal vez los últimos muertos.

Espero no haberte resultado ahora somero y neutro, Nacho.

Turulato dijo...

"No me produce asco que Cataluña haya aprobado un nuevo estatuto que amplía sus competencias", escribe Javier Miramón...
Creo que es preciso matizar. Cataluña no ha aprobado nada, porque sólo ejercen el sufragio activo los individuos que reunen determinadas circunstancias y Cataluña ni vota, ní es titular de derecho alguno, ya que sólo los individuos tienen derechos.
Lo que ha ocurrido es que algo más de la mitad de los posibles votantes se han abstenido, lo que, según vemos en Derecho Comparado, sería causa de nulidad del sufragio en algunos paises y motivo suficiente para dudar de su eficacia futura en cualquier persona razonable.
Sólo los defensores más acérrimos de la Teoría Positivista del Derecho -en absoluta regresión desde la desintegración de la URSS- pueden defender que la Ley -pura y dura- es el origen de la Historia.
Y pretender un "trágala" semejante, simplemente porque la media aritmética es favorable a una de las opcopnes, me parece una muestra de soberbia, tan clara como la de quien juega a la ruleta rusa, esperando que no le va a estallar..

"No me produce asco que el gobierno, como es su obligación, intente terminar con el terrorismo de ETA sin pagar el único precio político que puede llamarse así, a saber: la independencia del País Vasco y la anexión de Navarra y el país vascofrancés".
A mí me subleva que cualquier gobernante no sea un cumplidor exhautivo de las Leyes -a lo que si está obligado, sin duda alguna, tanto por la Norma Fundamental como por la legislación administrativa y su propio juramento o promesa al tomar posesión-.
Y la Ley le obliga a perseguir sin tregua al delito, sin concesión alguna.
Sí admitimos lo contrario, aunque sólo sea en parte, estamos admitiendo que los gobiernos están por encima de la Ley y no sujetos a su propia palabra jurada. Eso se llama, pura y simplemente, tiranía.
Y, ¡por favor!, usted será un testigo de la historia, pero después de haber servido a España en el exterior, su aceptación de la idea de que desde aquí vamos a condicionar la política francesa sobre este aspecto me parece..¿adorablemente ingenua?.
En cuanto a Navarra, dos cuestiones: Antes de tratar este aspecto, ¿se le ha ocurrido pensar que los navarros tienen derecho a opinar? y ¿ha repasado los compendios constitucionales, que concluyen mayoritariamente que la Constitución prohibe "ab initio" esa opción?.
Nuevamente siento la sensación de que hay quien sólo se acuerda de la Ley y del respeto que se le debe, cuando le favorece.. Y que, como en el fútbol, dominamos la Teoría del Estado sólo por haber nacido en España.
Recordemos, además, que sólo el Derecho separa a la Sociedad de la Tragedia. Recordémoslo.

"No me produce asco alguno que los nacionalistas y aún los independentistas tengan algo que decir y puedan hacer política, esa es una de las grandezas de la democracia, como no me da asco, más bien me parece un acto de justicia, que junto a las cruces y monumentos que honran la memoria de los fusilados por un bando de la guerra civil española se levanten otros recordando a quienes el otro bando hizo desaparecer sin rastro alguno".
Exquisito. Tanto como algo que he oí... "A un país le va muy bien una guerra civil de vez en cuando; limpia los problemas".
Por cierto; la democracia, más que grande, es el único sistema que, mal que bien, permite resolver los problemas, pero recordemos dos cosas:
Consiste en el gobierno del pueblo, directo y sin concesiones. Sólo se dió, y aun eso de forma muy discutible por las exclusiones de ciertas capas de población, en las ciudades-estado de la Grecia Clásica. El sitema político que nos rige pertenece al régimen de representación, sin que quienes elegimos estén obligados a seguir aquello por lo que se les eligió, lo que es posible en otras variedades de dicho régimen. Su disparidad con los postulados teóricamente democráticos es tan grande que parece razonable pedir que no nos llenemos tanto la boca con el término.
Por otro lado, son los irresponsables de uno y otro signo los que activan el odio de los pueblos, cuando les parece bien recordar la sangre derramada, para que, a continuación, otro idealista irresponsable del signo contrario compita con él intentando hacer ver que y tú más...

"Para acabar, algo sobre el famoso consenso: pocas veces en la historia de España ha habido más consenso político que ahora: nada menos que todos los partidos, absolutamente todos, menos uno. Es cierto que tras él hay diez millones de españoles,"..
¡Por favor!. ¿Le parece poco motivo?. Es el número de votos del PSOE en el año 1982.. Según usted, ¿este partido no debió gobernar dado lo despreciable de dicho grupo de población?.
Nuestro sistema político se basa, como en los demás estados de nuestro ámbito social, en el respeto a la Norma, en no despreciar ní excluir, en lo posible, a nadie y en recurrir exclusivamente a reglas de juego conocidas y aceptadas por todos.
¡¡Sólo los dementes pueden considerar que un país se gobierna con matemáticas!!.

Cada día, a cada momento, soy más pesimista. Dios quiera que no vuelva a Sarajevo.

Er Opi dijo...

Sólo me entrometeré para decir que hablar de soberbia refiriéndose a Jesús suena completamente ridículo.

Abrazos,

Er Opi.

Anónimo dijo...

Lo preocupante de estas discusiones, Opi, es que se dan entre personas buenas y sensatas. Me cuesta mucho trabajo aceptar que (como está resultando claro) no hay una base común de acuerdo.

Sólo se me ocurre pensar que o bien nunca existió ese acuerdo básico o bien mucha gente ha cambiado sus ideas fundamentales (porque yo no lo he hecho, eso puedo asegurarlo).

La única otra posibilidad, más tranquilizadora, sería que estuviésemos ante interpretaciones distintas de los mismos hechos. Pero no soy capaz de verlo así: son demasiados hechos y demasiado claros, es -ya lo he dicho- como el clásico adúltero pillado en plena faena que dice que no es lo que parece, pero con medio país dándole la razón y otorgando un plazo tras otro de confianza como si todavía no hubiera pasado nada.

Jesús Miramón dijo...
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Er Opi dijo...

Creo que es muy probable que se interpreten frases y hechos de distinta manera. Seguramente muchos hechos que nos parecen claros ni siquiera lo sean en el fondo. Es difícil a veces darse cuenta de que se está dejando llevar uno por la emoción. En el foro y en tu nuevo blog hemos visto dos casos muy claros sobre dos frases de Zapatero. Son temas muy complejos (muchísimo, más de lo que nos queremos reconocer a nosotros mismos, seguramente) y la información que nos llega a día de hoy es abundante, rara vez sin sesgo político de algún tipo y, paradójicamente, casi nunca completa. Por eso creo que, cuando se sabe que la persona que se tiene enfrente es buena persona y que intenta ser honesta, vale la pena el esfuerzo de intentar dialogar tranquilamente simplemente confrontando ideas y evitando cualquier tipo de asperezas que además, en un medio como éste, pueden doler o enfadar mucho.

Ah, y restar pasión. La pasión es buena porque nos mantiene despiertos y vivos, pero en las dosis justas para que no nos ciegue.

Abrazos,

Er Opi.

Er Opi dijo...

Sí, soy consciente de que mi anterior mensaje subraya lo obvio, pero no era mi pretensión solemnizarlo, al menos ;-)

Un abrazo,

Er Opi.

Portarosa dijo...

Estoy completamente de acuerdo con Jesús.
Y, como no sabría añadir nada a lo que él ha explicado, me callo.

Saludos a todos.

Anónimo dijo...

Otro testigo de la historia no tiene más remedio que decir que la resurrección de las famosas dos Españas es responsabilidad exclusiva de este presidente de gobierno. Hasta que se hundió el Prestige, tengo que coincidir en esto con Paolo, el ambiente político era el normal al que se respira en cualquier pais europeo democrático, lo que está ocurriendo desde entonces en España es una pesadilla.

Anónimo dijo...

Se me ha ocurrido comprobarlo, y en 17 comentarios largos y estructurados nadie ha dicho que esas palabras de Carrillo son una enorme mentira extraordinariamente ofensiva y malintencionada.

Er Opi dijo...

Pues quede dicho por mi parte. Pero agradecería que no se estuviera pidiendo explicaciones sobre los silencios, porque entonces la liamos, con la cantidad de disparates diarios que se escuchan.

Abrazos,

Er Opi.

Paolo dijo...

Lo sangrante fue el silencio aquella misma tarde, en la cadena SER... Y que Demóstenes Carrillo siga colaborando con el programita de marras como si tal cosa.