lunes, 1 de octubre de 2007

Aznar

Llevo unos días que no salgo de mi asombro. Desde que el pasado miércoles el diario El País publicara, casi como si hubiera descubierto vida en Saturno, la transcripción de una supuesta conversación privada mantenida en Crawford entre George Bush y José María Aznar el 22 de febrero de 2003, reconozco que abro todos los días elpais.com con el insano morbo de descubrir el nuevo capítulo de Ekáizer, a ver si por fin los protagonistas de su novelita por entregas se besan, se casan, consuman el trío en escena o salen del armario.

El origen del serial es ciertamente curioso: una filtración al diario de Prisa (echa por alguien con el nulo sentido de la responsabilidad que vienen demostrando habitualmente el Gobierno y/o el PSOE de Zapatero) para tratar de desacreditar la figura del expresidente Aznar, algo tramado básicamente para el consumo electoral interno. Imagino la decepción de Ekáizer cuando recibió los papeles. Supongo que tratándose de una conversación privada entre Bush y Aznar él esperaba algo así:

-PB: Odio a los negros y a los comunistas como Tim Robbins, Josemari.
-PA: Y yo a los moros.
-PB: Lo sé, lo sé, jeje, por eso te he mandado venir. Se me ha ocurrido una idea genial: una guerra. Yo mando a mis negros y a mis comunistas como Tim Robbins a que se maten con tus moros, jejeje, ¿no te parece bueno?
-PA: Digno de tu privilegiada cabeza, Geoooooorge, jejeje. ¿Y por dónde empezaríamos la guerra?
-PB: Lo estamos decidiendo ahora, pero Condi dice que en..., ¿dónde dijiste, chata?
-CR: En Iraq, Presidente, de allí es Saddam Hussein, que tiene mucho petróleo...
-PB: Eso, eso, jijiji, petróleo, petróleo, petróleo, encima nos quedamos con su petróleo y provocamos una subida de precios, jijiji... No te preocupes, Josemari, que tienes tu 5%, como siempre... Otra galletita, ñam...
-PA: Bueno bueno, no está mal, pero yo pensaba en moros moros de verdad, jeje, ¿no podríamos empezar la guerra por Marruecos? Es que les tengo una rabia... Nosotros ya lo intentamos en Perejil, pero los muy cobardes salieron corriendo, jijiji...
-PB: Jajaja, es que cuando tú te pones guerrillero, Josemari... ¿Marruecos, dices? Pero no no no, el rey Hassan es buen amigo, me deja sus yates y sus palacios para el veraneo...
-CR: Presidente, Hassan ya no es el rey de Marruecos...
-PB: ¡Ah, cómo!, ¿no?, ¿lo han derrocado los comunistas como Tim Robbins? Bombardearemos Marruecos, daré la orden ahora mismo, nuestro gran país siempre estará dispuesto a sacrificarse por llevar la paz, la libertad y la demo...
-CR: No no no, Presidente, me temo que se trata de una confusión. Hassan murió. Ahora reina su hijo...
-PB: ¿Su hijo? ¿Y su hijo me deja también usar los yates y los palacios?
-CR: Por supuesto, presidente, si hasta ha construido una pista privada para el Air Force One...
-PB: Jijiji, bueno pues entonces no bombardeamos Marruecos, lo siento, Josemari, jijiji... Aunque, espera un momento, creo que me estoy precipitando, este es un asunto serio que merece un minuto de reflexión por lo menos... Otra galletita, ñam... Chata, ¿en Marruecos hay petróleo?
/.../
Pero no. Se trataba en realidad de una conversación que dejaba en muy buen lugar a ambos dirigentes. Bush aparece casi como un pacifista (muy equivocado por cierto en lo relativo a la posguerra) y Aznar actúa con una sensatez y una serenidad dignas de un gran líder político. Pobre Ernesto, lo imagino rompiéndose las meninges para encajar el papelito en la teoría conspirativa (¿conspiranoica, la llaman ahora?) previamente elaborada: la conversación en realidad probaría que Bush tenía decidido atacar Iraq independientemente de la voluntad del régimen de Saddam de cumplir la resolución 1441 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En cuanto a Aznar, lo que, según Ekáizer, la conversación demuestra es 1) que el presidente español conocía los planes de Bush, dudaba de ellos (en el serial se refiere varias veces a su alusión al optimismo de Bush) y aún así los apoyó, mintiendo al Congreso y a los españoles; 2) que Aznar era consciente de que estaba cambiando por completo la política exterior española (esto último es divertidísimo, iremos luego). Una lectura atenta de la conversación en realidad no desvela nada de eso, pero a Ernesto le da igual, él lo vende como la "prueba de cargo" definitiva. Este último texto es en verdad sonrojante. La afirmación de que "todas las maniobras diplomáticas antes de la invasión de Irak encubrían en realidad la planificación militar" no puede causar sino sorpresa, pues todo el mundo sabe (y sabía ya entonces) cuál era la postura de EEUU en el conflicto, todo el mundo sabe (y sabía) que existía un ultimátum militar. Obviamente, Bush y Aznar hablan acerca del escenario que consideran más probable y de las maniobras diplomáticas para encontrar apoyos políticos para las acciones militares que ya estaban decididas en el caso de que ese escenario se convirtiera en real. El descubrimiento de la pólvora.

Existe además mala fe por parte del redactor de El País al atribuir a las palabras de Condoleeza Rice acerca del informe de los inspectores una intención torticera. Sugiere Ekáizer que daba igual el informe de los inspectores, porque ya estaba decidido que ellos se lo iban a pasar por el forro ("están embarcados en un viaje a ninguna parte"). En realidad lo que dice Rice es que piensa que el informe que se iba a presentar a principios de marzo iba a ser parecido a los anteriores, es decir, que iba a detallar algunos avances, pero también a señalar los incumplimientos del régimen iraquí ("Como en los anteriores, pondrán una de cal y otra de arena", dice y a continuación expresa su voluntad de votar la resolución propuesta una semana después de que el informe sea presentado). El informe finalmente presentado recoge, en efecto, algunos avances en la tarea de los inspectores e insiste en la continuidad de los incumplimientos por parte del régimen. Y no entro ahora en si la redacción del informe justificaba la guerra o si su contenido lo que realmente hacía recomendable era mantener el ultimátum y la presión pero dar más tiempo a la diplomacia. No es de eso de lo que hablamos, de lo que hablamos es de una conversación mantenida a finales de febrero, con los datos que se conocían en aquel momento. Para hacerse una composición de lugar de cuál era la situación en ese preciso instante, además de que cada uno se fíe o no de su memoria es muy interesante tener presentes los documentos sobre Iraq de la ONU y, sobre todo, las actas literales de las sesiones del Consejo de Seguridad sobre la cuestión en aquellos días, en especial las de 18 y 19 de febrero, que son justo los precedentes más cercanos a la reunión de Crawford entre Bush y Aznar. Y que cada cual saque sus propias conclusiones.

Queda uno de los temas estrella del serial. Esta afirmación de Aznar: "Lo que estamos haciendo es un cambio muy profundo para España y para los españoles. Estamos cambiando la política que el país había seguido en los últimos 200 años". Esta afirmación puede mirarse desde dos puntos de vista al menos: 1) Es cierta o falsa (con todos los grises intermedios que quieran); 2) Aznar se creía lo que estaba diciendo o no. Me permitiré empezar por 2). Y para ello hay que contextualizar la afirmación: Aznar acaba de pedir ayuda a Bush para justificar la acción militar que se prepara ante la opinión pública española, es decir, le está pidiendo información segura y relevante que pueda trasladar a España para convencer de la amenaza real que suponía para la seguridad global la no intervención en Iraq. ¿Y de qué forma refuerza esa necesidad de información? Muy sencillo, trata de dar una importancia desmesurada a su actuación, trata de hacer ver a Bush que por ayudar a los EEUU él está poniendo en riesgo la continuidad de la política exterior española. Parece una explicación bastante lógica, aunque no digo que sea necesariamente la correcta. Podría ciertamente no ser así, siempre cabe que Aznar pensara que realmente estaba cambiando la política española de los últimos dos siglos, la arrogancia del expresidente es un rasgo bastante conocido de su carácter. Entonces es cuando pasamos a 1). Hay que analizar la mayor o menor relación de lo dicho por Aznar con la realidad. ¿Había algo nuevo en apoyar una intervención de EEUU y sus aliados en Oriente Próximo? Parece que no, ya que Felipe González mandó con entusiasmo soldados de reemplazo a Iraq en el 91 y España acababa de apoyar también la intervención en Afganistán. Ah, que entonces lo nuevo era acudir a apoyar a los EEUU sin resolución de la ONU. Pues parece que tampoco eso era nuevo, pues en 1995 la OTAN atacó a los serbobosnios y luego en 1999 a la Yugoslavia de Milosevic, ambos ataques realizados con la participación directa de f-18 españoles, y en el primero de los casos, bajo la presidencia de Felipe González, sin resoluciones de la ONU de por medio. ¿En qué estaba cambiando Aznar la política exterior española de los últimos 200 años? Más allá, ¿la política exterior española de los últimos 200 años ha sido siempre la misma? Esto de dar credibilidad a las afirmaciones de alguien en función de que se ajuste a las teorías previamente elaboradas y no a la realidad de las cosas tienen un ligero tufillo a manipulación conspirativa, sí.

Y para completar el esfuerzo heroico de Ekáizer por llegar al tuétano de la verdad aparece ahora Fidel Castro, que hace a Aznar nada menos que asesor de Clinton, y no sólo eso, además es que Clinton lo escucha para poner en marcha la operación más importante realizada jamás por la OTAN, la de Kosovo, que salvó millares de vidas de albaneses, evitando algo muy parecido a un genocidio. Si siguen así, a Aznar lo santifican. En 50 años, lo veo vendiendo más camisetas que el Che Guevara.

1 comentario:

Alberich el Negro dijo...

Pero se tendrá que dejar la barba y el pelo largo, ¿no?
Saludos desde el Nibelheim.