miércoles, 3 de octubre de 2007

Aznar (II) o Los antecedentes posteriores

Los historiadores saben bien que a la hora de enjuiciar hechos del pasado hay que poner especial cuidado en no proyectar sobre ellos acontecimientos posteriores, que pueden ayudar a conformar una perspectiva global sobre el asunto del que se trate, pero que nublará indefectiblemente nuestros juicios sobre las actitudes y las acciones de quienes fueron protagonistas de dichos acontecimientos. O dicho de otro modo, y con un ejemplo, hoy podemos afirmar que Chamberlain actuó con una extraordinaria ingenuidad y una notoria falta de perspicacia política ante Hitler, pero no podemos decir que lo hiciera conociendo que los alemanes iban a bombardear Londres. A veces no resulta fácil despojarse de los prejuicios que ocasiona el conocer las consecuencias de determinados comportamientos, pero si queremos entender en profundidad por qué las personas actúan de determinada forma es necesario hacer ese esfuerzo. Es como cuando tú estás embobado escuchando el último Mozart de los Friburgo y viene el aguafiestas de turno a decirte que eso de la autenticidad es mentira, que tú no puedes oír a Mozart como se lo escuchaba en su época porque tus oídos han pasado ya por Beethoven, Debussy y Iron Maiden, y te dan ganas de darle el digipack para que lo chupe un rato mientras le explicas que sí, que eso ya te lo sabes, pero que en cualquier caso vale la pena intentarlo y que es perfectamente posible recrear el estilo (lo dices enfatizando el re) y que si él no está de acuerdo que vaya y redacte un informe pidiendo que sustituyan las vidrieras de la catedral de León por faros halógenos, que dan más luz y seguro que salen más baratos que la restauración.

No resulta fácil, ya lo sabemos, pero hay que esforzarse e intentarlo. En todo este asunto de las actas de Crawford, el periodista Ekáizer no se ha esforzado ni un poquito. Todo su relato, toda su interpretación se basa en mezclar hechos confirmados, opiniones discutibles e indicios voluntariosos pero indemostrados, sucedidos en distintos momentos de los largos meses que fueron de la resolución 1441 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, de 8 de noviembre de 2002, al inicio de la invasión de Iraq por Estados Unidos y sus aliados, el 20 de marzo de 2003, y proyectarlos sobre el papelito ese que ha sacado de la conversación mantenida entre Bush y Aznar el 20 de febrero de aquel último año. Ayer, Ernesto volvió a la carga y se dejó entrevistar por el mundo (no por el diario de Pedro J., no, escribo el mundo como metonimia de la gente que lo habita). Y es que a tanto creen haber llegado en su periodismo de investigación en El País, que su página web ofreció traducción simultánea en inglés del chat de míster Ekáizer con sus lectores, algo sobre lo que no conozco precedentes, una charla donde el periodista volvió a repetir lo ya conocido y a caer en los mismos errores de interpretación proyectiva.

Y aclaro que yo no entro ahora en si la intervención en Iraq estaba justificada o no, si fue un acto legal o ilegal, legítimo o ilegítimo, razonable o irrazonable, prudente o imprudente, ni siquiera entro en si la guerra fue preparada con mentiras, si los argumentos empleados para justificarla eran falsos, si Aznar conocía esas supuestas mentiras o si su actitud fue de adulación y seguidismo hacia Bush o prudente y responsable. Sobre todo eso tengo obviamente mi opinión, pero no es de eso de lo que se está hablando. Lo que quiere decir Ekáizer, y con él los cientos de socialistas con carnet y blog que han inundado la red reproduciendo sus argumentos como psittaci eritaci (vulgo, papagayos), es que esas actas son "prueba de cargo" (la expresión literal es suya) que demuestran indefectiblemente que la guerra de Iraq estaba preparada de antemano y era por completo independiente de los argumentos usados para justificarla (básicamente, la posesión de armas de destrucción masiva y la consideración del régimen de Saddam como un riesgo en la región). Que nadie se lleve a engaño: este es el meollo de la cuestión, y a esto yo respondo que es radicalmente falso, que el documento en cuestión no prueba absolutamente nada de eso.

Todo lo demás es retórica vacua e innecesaria. Si lo que pretende decirnos Ekáizer es que el papelito demuestra que EEUU estaba dispuesto a invadir Iraq aun sin tener una nueva resolución de la ONU, eso es por completo banal. Ya lo sabemos, porque la invasión se produjo sin la nueva resolución (cosa distinta sería dilucidar si la ambigüedad de la 1441 era paraguas legal suficiente, pero ese es otro tema), y ya lo sabíamos entonces (porque las intenciones de los EEUU eran públicas y estaban claras). Se trata de un hecho bien conocido, que no necesita papel alguno para apoyarse. Si lo que se quiere decir es que antes incluso del último informe de los inspectores previo a la intervención había planes militares para llevarla a cabo, todo resulta de una puerilidad que causa sonrojo. Es evidente que los EEUU no mandan a sus soldados a la otra parte del mundo sin planes militares. Todo el mundo sabía que los soldados estaban allí y que estaban por algo, que un ultimátum militar pesaba sobre el régimen de Saddam, que, obviamente, los militares americanos tenían sus planes de actuación y que los políticos hacían sus cálculos. Esas dos cosas quedan bien claras en la conversación entre Bush y Aznar, pero son por completo irrelevantes, no ofrecen nada que no se supiera ya, incluso son cosas superadas por los acontecimientos, por la misma realidad. Por eso digo que no es ahí donde radica el meollo de la cuestión. No. Lo que Ekáizer pretende decirle al mundo es que Bush invadía Iraq independientemente de las razones de seguridad esgrimidas, y que Aznar lo sabía. Y eso no se deduce del papel. Repito: yo no afirmo que no fuera realmente así, que Bush no estuviera mintiendo (también a Aznar ese día), lo que digo es que eso no se deduce de la lectura de las actas. Que en las palabras transcritas, la relación entre la invasión de Iraq y el incumplimiento del desarme exigido por la ONU a Saddam resulta no sólo clara e inequívoca, sino abrumadoramente explícita. Por ejemplo:

Vemos la resolución redactada de manera que no contenga elementos obligatorios, que no mencione el uso de la fuerza, y que constate que Sadam Hussein ha sido incapaz de cumplir sus obligaciones. [Bush]
Estamos pensando en una resolución tan simple como sea posible sin muchos detalles de cumplimiento que pudieran servir para que Sadam Hussein los utilizara como etapas y consiguientemente incumplirlas. [Rice]
Sadam Husein no cambiará y seguirá jugando. [Bush]
Sadam Hussein no se está desarmando. Le tenemos que coger ahora mismo. Hemos mostrado un grado increíble de paciencia hasta ahora. [Bush]
Creemos que el contenido de la resolución debería entre otras cosas constatar que Sadam Hussein ha perdido su oportunidad. [Aznar]
Sadam Husein no ha cooperado, no se ha desarmado, deberíamos hacer un resumen de sus incumplimientos y lanzar un mensaje más elaborado. [Bush]
Nosotros no tenemos ningún texto. Solamente un criterio: que Sadam Hussein se desarme. No podemos permitir que Sadam Hussein alargue el tiempo hasta el verano. Al fin y al cabo ya ha tenido cuatro meses en esta última etapa y eso es tiempo más que suficiente para desarmarse. [Bush]
Los iraquíes, entre tanto, intentarán explicar que van cumpliendo sus obligaciones. Ni es cierto ni será suficiente, aunque anuncien la destrucción de algunos misiles. [Rice]
Países como México, Chile, Angola y Camerún deben saber que lo que está en juego es la seguridad de los EE UU. [Bush]

Cuando entremos vamos a descubrir muchos más crímenes y le llevaremos al Tribunal Internacional de Justicia de La Haya. [Bush]
Por eso es tan importante mantener la presión sobre él. Gaddafi nos dice indirectamente que eso es lo único que puede acabar con él. La única estrategia de Sadam Hussein es la de retrasar, retrasar y retrasar. [Bush]
Nos ha correspondido hacer frente a una seria amenaza contra la paz. Me irrita muchísimo contemplar la insensibilidad de los europeos sobre los sufrimientos que Sadam Hussein inflige a los iraquíes. [Bush]
Al final, la línea argumentativa y la estrategia de Ekáizer y sus seguidores queda admirablemente atrapada en esta pregunta que le planteó ayer uno de los concienciados pacifistas que habitan el ancho mundo: "¿Cree Usted que después de conocer las conversaciones de Aznar con BUSH y conociendo los antecedentes posteriores, debería intervenir la Justicia Internacional y Juzgarlos por criminales de guerra?". Los antecedentes posteriores. Ahí le duele.

1 comentario:

Er Opi dijo...

Bueno, pues parecida forma de actuar, si es posible mil veces más ruin y nefanda, con el mayor atentado de la historia de Europa de por medio, acusaciones a jueces, fiscales, el Gobierno y el mismo rey de perpretar un golpe de Estado, y todo tipo de mentiras, miserias morales, tergiversaciones, ocultación de información y falsedades vergonzosas, es lo que nos tiene cabreados a quienes hemos seguido las inmoralidades de El Mundo, la COPE, Libertad Digital y medios anexos con el 11-M.

Abrazos,

Er Opi.