miércoles, 24 de enero de 2007

El bandido chantajista

Hay una frase del editorial de El País de hoy que no se me va de la cabeza. El diario independiente de la mañana prepara a la afición para la bajada de pantalones del Estado, convenientemente auspiciada e impulsada por el Gobierno vía Ministerio Fiscal, y de repente hace suyos y enlaza los dos argumentos que representan a la perfección la patética debilidad en que nuestras instituciones nos dejan a todos, cada vez un poquito más inermes. Dice el editorialista de turno: "No se trata sólo de impedir que De Juana se convierta en 'un mártir' de su causa, sino de actuar con la piedad humana que la ley permita".

Argumento 1: no los cabreéis que es peor.
Argumento 2: no disparéis aunque huyan (doctrina Bono).

La falsedad absoluta del primer argumento se demostró cuando el Estado se quitó todos los complejos y no sólo aplicó la ley a rajatabla sino que adaptó la legislación para acortar espacios a la impunidad y al crimen. Con respecto al segundo, obviamente Cándido, Pepe, José Luis y Pepiño pueden ser a título privado todo lo compasivos y piadosos que quieran con quienes ellos deseen, también con quienes los chantajean y los amenazan, pero un Estado serio, que se haga respetar y que protega a sus ciudadanos, no puede consentirlo. ¿Va a ceder (esto es, vamos a ceder) ante el desafío de un bandido? ¿Dónde se pondrá el listón la próxima vez? ¿Cederá (cederemos) siempre a partir de ahora o sólo con los favorables al "proceso de paz"?

Se me plantean además algunas dudas teóricas. De Juana está en el hospital a causa de la supuesta debilidad ocasionada por su dieta voluntaria. Es decir, no es un enfermo terminal afectado por una dolencia incurable. Se supone que para recuperarse de su situación de riesgo vital debe de ser tratado hospitalariamente (¿en otro hospital?) hasta que se recupere, pero si se recupera hemos de suponer que volverá a la cárcel (eso dicen al menos los arcángeles que defienden la piadosa bajada de pantalones de la justicia) y, muy presumiblemente, retomará el chantaje. ¿La medida consiste pues en un cambio de hospital? ¿Si no es así, el etarra se habrá salido con la suya y forzado el sentido de la ley a través de la extorsión? Puede ocurrir también que el preso no acepte ser excarcelado para su exclusivo engorde antes de ser de nuevo enchironado, ya que la causa de su protesta no es el hambre que se pasa en las cárceles españolas sino la sentencia de un tribunal que él considera injusta. ¿Hasta dónde debe de llegar la piedad del Estado en ese caso? ¿Se cederá un poquito más? ¿Será excarcelado De Juana completamente o semiexcarcelado a la fuerza? ¿Todo esto lo sabe Zapatero?

4 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Transcribo un comentario del blog de Santiago González:

Artículo 508.
1. El juez o tribunal podrá acordar que la medida de prisión provisional del imputado se verifique en su domicilio, con las medidas de vigilancia que resulten necesarias, cuando por razón de enfermedad EL INTERNAMIENTO ENTRAÑE GRAVE PELIGRO PARA SU SALUD

De Juana se muere por estar en huelga de hambre no por estar internado, digo yo. ¿O es que estar calentito en casa engorda?

Anónimo dijo...

Ummm.... Menos mal que durante todo este tiempo he seguido visitándole por si acaso...y aún a pesar del pernicioso efecto que sobre mi surte la contemplación del hongo atómico al que nos condenó usted días y días, semanas, meses...

Si usted me lo permite, seguiré fiel a la lectura de sus anotaciones (más a las musicales que a las políticas, porque dan más paz a mi corazón).

Un saludo cordial,

T dijo...

Afortunadamente todavía queda sentido común en la Audiencia Nacional.Hoy ha sido un gran día, sin duda.