lunes, 4 de octubre de 2004

Arte

Maurizio Cattelan es un provocador. Te lo dicen así, los mismos organizadores de la BIACS (Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla) y se quedan tan anchos. Un provocador financiado con dinero público, habría que concretar. Y es que la trangresión artística ya no es lo que era. Gauguin se marchó a las islas del Pacífico en busca de su paraíso personal y por el camino se inventó la pintura de un nuevo siglo. Duchamp presentó su Fuente (el famoso urinario) en un momento en el que no se sabía adónde podían conducir las revolucionarias transformaciones que afectaban a las artes plásticas, para preguntar(se), qué era lo que hacía que algo se convirtiera en una obra de arte. Cage hizo lo mismo en música con 4'33''. Todos ellos (y muchos otros) actuaron desde la más absoluta independencia y libertad y sabedores de que la transgresión tiene sentido artísticamente como gesto concreto y puntual opuesto al pensamiento dominante.

Hoy la transgresión se financia con dinero público y consiste en enfatizar con pésimo gusto una de las líneas de pensamiento que gobiernan nuestra existencia cotidiana. Como el niño ahorcado que Maurizio Cattelan ha traído hasta el Monasterio de la Cartuja.


El niño de Cattelan Posted by Hello

Es curioso analizar mínimamente lo ocurrido este fin de semana. El viernes, el mismo día en que se abría la Bienal, la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía pedía a los organizadores la retirada del niño de Cattelan por considerarlo una imagen de una extremada violencia que podía herir la sensibilidad de los espectadores. La Bienal responde en sentido negativo, y la Consejería de Cultura de la Junta se alinea con su postura. Hasta aquí, obviando la falta de coordinación de la administración andaluza, todo más o menos normal.

Lo verdaderamente alucinante del asunto son las justificaciones de los organizadores. Harald Szeeman, comisario, afirma que bueno, que realmente no es una imagen tan violenta, que, en el fondo, si la gente se fija bien, el niño tiene los ojos abiertos y una expresión de sonrisa, es como un crucificado triunfante...


Detalle Posted by Hello

Sin comentarios.

Pero quien sobrepasa todos los niveles de la estulticia es la directora-gerente del certamen, la insigne Juana de Aizpuru (esa que para inaugurarlo organiza un concierto con música de Mozart, Schumann y Ravel). "La obra viene a hacer un llamamiento de atención a una sociedad hipócrita que se indigna y sorprende por un muñeco colgado de un palo, pero que es capaz de ver por televisión cómo muere de inanición un niño en brazos de su madre sin fijarse en él.". Échale guindas al pavo. La directora-gerente del certamen no sólo le dice a la gente (la que le paga los caprichos a los cattelanes de turno) que es insensible ante el sufrimiento de los niños (algo tan demagógico como rigurosamente falso), sino que le resta valor a la oferta que ella misma nos propone, al convertir la supuesta obra artística en "un muñeco colgado de un palo", negándole así al arte su esencial valor simbólico, sin el cual no tendría ningún sentido, no existiría. Pero continúa: "Cattelan pone el muñeco en esta situación para que veamos aunque no queramos hacerlo, [y así consigue unir] ética y estética". ¿Para que veamos qué, a un muñeco colgando de un palo? En las ferias de muchos pueblos, todos los años. Aunque allí habitualmente no se jactan de unir ética con estética, se conforman con divertirse. Y termina: "[Ante la polémica generada], Maurizio Cattelan ha conseguido lo que quería. [Su obra] ha tenido el efecto que buscaba: abrir un debate y denunciar la hipocresía de Occidente". De verdad que esto causa tanta risa, que no sé muy bien por dónde empezar. Ha conseguido lo que quería. Coño, claro. Si yo me meto en el Covent Garden el día de estreno de La Traviata y me cago sobre la alfombra del foyer, habré conseguido lo que quería, conmover las conciencias de los asquerosos burgueses occidentales, que no se preocupan por las miles de personas que mueren de cólera todos los años en el mundo. En cuanto a considerar que lo de Cattelan abre un debate, es indicador claro de que tantos años pasados en Sevilla han hecho que la señora de Aizpuru no pueda poner control al sentido de lo hiperbólico.

¿Mi opinión? Pues si no ha quedado clara, que esto es sólo una muestra del fraude en el que se revuelcan y del que se alimentan (en su sentido más literal) centenares de artistas actuales. Denunciar la situación de pobreza e injusticia en la que viven muchos niños es una labor noble. Hacerlo a través de la creación artística merece todos mis elogios, pero es algo que resulta extremadamente difícil. Las (buenas) intenciones de desplegar un discurso ético a través de una obra de arte conducen con frecuencia al sermón o al panfleto más astringentes, moralina sin menor categoría ni ética ni estética. Sí, definitivamente escribir Oliver Twist o pintar el Guernica es mucho más difícil que colgar a un muñeco de un palo.

[Cuando tenía ya las imágenes escogidas y colocadas en su sitio e iba a empezar a escribir esta reflexión, he descubierto que Arcadi Espada se hace eco hoy también de la cuestión. Me complace la coincidencia. El retraso en su publicación sólo se debe a problemas con Blogger]

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Avellana dijo:
El día que vayas a cagar al Covent Garden, avísame, porque no quiero perdérmelo :) Tal como están las cosas, me temo que hasta podríamos tener éxito.

Me ha gustado el análisis del discurso de Aizpuru: muy inteligente, y absolutamente cierto (al análisis, aclaro). De Aizpuru me asombra un poco que una persona que se dedica a un trabajo así no lleve preparada una línea de defensa menos pobre. En fin.

Juan

Paolo dijo...

Pues sí, es bastante sorprendente. Comentaba ayer mismo la cuestión con algunos amigos y todos coincidíamos en que por encima de los regüeldos de muchos supuestos artistas para conmover nuestras conciencias (entre tantos, algo habrá que de un modo u otro perdure), lo que de verdad resulta patético es la pobreza del discurso teórico que los justifica.

Anónimo dijo...

Es que probablemente no hay nada que consiga justificar semejantes mamarrachadas.
Gin
PD.- yo también me apunto a ver lo del Covent Garden, caramba