sábado, 24 de diciembre de 2005

Iberia

A Garrotazos. Francisco de Goya
1. A garrotazos o a tortas. Como si una fatalidad histórica se cerniera sobre las tierras de España. No hay conflicto entre nosotros que no se arregle con una oportuna guerra civil. Y ya está. Conflicto solucionado hasta dentro de un par de generaciones, cuando el olvido y la ignorancia provoquen un nuevo deslizamiento del fiel de la balanza hacia la hiperlegitimidad histórica de unos privilegios disfrazados de derechos. Conflicto redivivo. Solución en puertas. Y lo preocupante es que el ciclo del apaciguamiento presenta hoy evidentes síntomas de agotamiento. Uno esperaría otra cosa del progreso.

Rosa Torres-Pardo toca Iberia en Iberia2. Bajo el epígrafe "Música en las fábricas y en las casas del pueblo", la Fundación Largo Caballero viene organizando desde hace tres años actividades musicales en fábricas, centros de trabajo y casas del pueblo. Tras los conciertos en instalaciones de Renfe, Aceralia (en Avilés) o Talleres de Metro, el pasado jueves le tocó el turno a un hangar de Iberia, donde la pianista Rosa Torres-Pardo ofreció un par de cuadernos de la Iberia de Albéniz. La iniciativa recuerda los arreglos para pequeños conjuntos que Schoenberg y otros músicos de su tiempo hicieron de grandes obras sinfónicas y operísticas del pasado para acercarlas a los centros de trabajo. En los años 70 del siglo XX, Luigi Nono, Maurizio Pollini y Claudio Abbado encabezaron iniciativas similares en Italia, y por las mismas fechas, el pianista argentino Miguel Ángel Escalera hacía algo parecido por todo el mundo. Aunque sólo sea por la foto y la ruptura de la monotonía que imponen las actuales cadenas de montaje, vale congratularse por la idea.

3. Escuchando el lunes pasado la magnífica recreación de la Iberia de Albéniz completa que ofreció el joven y audaz Óscar Martín (Sevilla, 1976) no podía dejar de notar que ese color típicamente albeniciano, esa atmósfera singularísima que sólo es capaz de crear su música se alimenta en el fondo de un aire entre melancólico y trágico como sólo puede ser lo español. "Esa maravilla del piano" que es Iberia (así la llamó Debussy) consigue el milagro de superponer la gran tradición romántica y nacionalista vinculada a Liszt con el empuje arrollador del impresionismo francés y con una suerte de metonimia de lo hispánico que, aunque asociado a Andalucía (diez de las doce piezas tienen inspiración andaluza), sobrevuela con una gracia superlativa el tópico, el tipismo y la circunstancia temporal para captar la esencia ucrónica de una tierra (la nuestra) marcada por un fatalismo que acaso Indibil y Mandonio ya intuyeron mientras se enfrentaban a las legiones de Roma. Una síntesis artística de lo ibérico alumbrada en la mente de un catalán que residió en París y en Londres. Un camino para romper los círculos viciosos. Feliz Navidad.


Evocación del Cuaderno I de la Iberia de Isaac Albéniz. Esteban Sánchez (Ensayo)

4 comentarios:

Er Opi dijo...

Impresionante obra, ciertísimo, y aunque es un tópico decirlo, creo que realmente no está valorada como se merece. Hace poco escuché una de las instrumentaciones que hizo Guerrero de uno de sus números ("Almería"), y también me sorprendió muchísimo, de una calidad altísima. El caso es que llevaba unos días pensando en esta obra precisamente, y me ha gustado la casualidad :-)

Muchísimas felicidades, don Paolo.

Un fuerte abrazo,

Er Opi.

Jesús Miramón dijo...

Feliz navidad, Paolo. Salud y amor para ti y los tuyos. Un abrazo.

Er Opi dijo...

Y que me dice la Faustina que le venga a pegar con la sartén por cabezota... yo se lo digo y no le pego, que usted me puede ;-)

Abrazos,

Er Opi.

Anónimo dijo...

Sí, la sartén es mejor dejársela a ellas, que tienen más manejo.